Lao-Tsé y el Taoísmo

China, una cultura milenaria
2.- Ideas sobre el mundo y la religión

Sacrificio en el templo. Grabado de W. Alexander en su obra "The Costume of China", London 1805.

Lao-Tsé, - a quien tradicionalmente se le consideraba el fundador del Taoísmo -, nació hacia el 604 a. C., según unos, y según otros entre el S. VI-V a. C.

Parece que ejercio el cargo de secretario en el archivo imperial de Louyi - actual Louyang -, capital de la dinastía Zhou Oriental (770-249 a. C.), donde tenía fama de sabio y erudito. Repugnándole el desorden que observaba en la corte dimitió de su cargo y abandonó la sociedad retirándose a meditar.


Laotse. Dibujado por Gigoux Grabado por Lebas, en la obra de M. G. Pauthier "China", Barcelona 1845.

Laotse. Dibujado por Gigoux Grabado por 
Lebas, en la obra de M. G. Pauthier 
"China", Barcelona 1845.

La leyenda cuenta que Lao-Tsé, se dirigió hacia el oeste montado en un búfalo. Al llegar a la frontera de Hangu el guardia de frontera le rogó que dejase al menos un testimonio de sus enseñanzas, antes de abandonar para siempre sus tierras. Lao-Tse, accedió y escribió el "Tao-Teh-King" (Daodejing), o Libro del Principio y de su Virtud, que dió al guardián. Es una preciosa obra maestra de unos 5.000 ideogramas, que ha sido designada como "Biblia del Taoísmo".

Prosiguiendo su camino desapareció para siempre de la vista de los hombres.

El Tao es una realidad absolutamente indefinible. Se considera como el primer principio de todo lo que existe. Viene representado simbólicamente con un círculo dividido por una linea sinuosa, que separa el Yin, la zona oscura, del Yang, la zona clara. En el origen el Yin representaba la vertiente sombría de la montaña, y el Yang, la parte iluminada por el sol.

El Taoísmo enseña que el hombre tiene que vivir en armonía con la naturaleza, sin esforzarse, siguiendo el "Wu-Wei", la "no acción": "No interferir nunca y dejar que las cosas sigan su curso". El significado de la "no acción" en el campo ético se concretiza en la modestia, altruismo, humildad, mansedumbre, tolerancia, amor por la tranquilidad,...


Autor : Juan Zevallos